
No hay duda de que, entre los materiales que más se utilizan para embalaje, la rafia industrial de polipropileno ocupa un lugar especial. Tan solo basta con observar la gran cantidad de productos donde se utiliza, desde arpillas, sacos convencionales, hasta sacos FIBC, lonas, fibra para concreto y cordeles de diferentes calibres, asimismo, en la gran variedad de sectores donde se ha vuelto un aliado crucial, como agricultura, construcción, manufactura, entre otras. Pero ¿a qué se debe? A sus excelentes características mecánicas.
Primera característica mecánica: resistencia
La resistencia de la rafia tanto reciclada como 100% virgen es una de las propiedades más valoradas, ya que garantiza su capacidad para soportar esfuerzos mecánicos sin romperse o deformarse permanentemente. Tal atributo se mide principalmente en términos de tres tipos de resistencia: a la tracción, compresión y tensión.
Resistencia a la tracción
Esta se refiere a la capacidad del material para soportar fuerzas que tienden a estirarlo antes de romperse. La rafia de polipropileno presenta una alta resistencia a la tracción debido a su estructura molecular lineal, que permite soportar fuerzas longitudinales notables. En términos cuantitativos, dicha resistencia está en el rango de 20 a 40 MPa, dependiendo de la calidad del polipropileno, el proceso de fabricación y el diseño del tejido.
Tal atributo la hace ideal para aplicaciones como super sacos, mallas y sacos para concreto, donde se requiere soportar cargas elevadas. Si se usan polímeros vírgenes, esta resistencia será aún mucho mayor.
Resistencia a la tensión
Hace referencia a la capacidad del material para soportar fuerzas que actúan de forma perpendicular a su superficie, buscando separar sus fibras o estructuras internas. La rafia de polipropileno es especialmente eficiente para resistir tensiones en aplicaciones donde el material está sometido a deformaciones puntuales o cargas variables, algo que es crucial en elementos como lonas industriales, donde la tensión se distribuye de manera desigual.
Este tipo de resistencia evita la propagación rápida de fisuras o desgarramientos, una propiedad valiosa para la durabilidad del producto. Además, el comportamiento elástico del polipropileno permite que las fibras vuelvan un poco a su forma original tras deformaciones moderadas.
Resistencia a la compresión
Esta mide la capacidad del material para soportar fuerzas que intentan reducir su volumen. Si bien la rafia industrial no tiene la resistencia a la compresión de materiales sólidos como concreto o metales, es buena opción entre los plásticos por su capacidad para mantener su estructura bajo presiones moderadas.
Tal característica es igualmente relevante en aplicaciones donde el material debe mantener su forma frente a cargas apiladas, como en sacos llenos o estructuras de soporte. Además, puede mejorarse mediante el uso de recubrimientos o estructuras de mayor densidad, lo que implica una producción personalizada.
Segunda característica mecánica: flexibilidad
Esta característica igual distingue a la rafia industrial de otros materiales similares, asimismo, permite que el material se adapte a diferentes formas y aplicaciones sin comprometer su integridad estructural. Si han manejado anteriormente la rafia, sabrán de su alta flexibilidad, que facilita su manipulación y uso en diversas aplicaciones. Por ejemplo, en la agricultura, se utiliza para fabricar bolsas como las famosas arpillas para el envasado de frutas y verduras, que se ajustan perfectamente a productos de diferentes tamaños y formas.
También destaca por ser maleable durante su producción. En este proceso, las fibras de rafia industrial se pueden moldear y tejer en diferentes configuraciones, lo que permite crear productos personalizados según las necesidades específicas de los clientes. En esta característica participan varios factores, como la composición. Según la calidad y pureza del polipropileno utilizado se obtendrá una elasticidad específica.
Cabe agregar que la extrusión (la técnica utilizada para fabricar las fibras) influye en la flexibilidad, ya que parámetros como la temperatura y la velocidad de extrusión pueden optimizar las propiedades mecánicas.
Tercera característica mecánica: durabilidad
Esta característica garantiza la funcionalidad y la vida útil prolongada de la rafia, incluso en condiciones adversas. Se trata de algo crucial en aplicaciones donde el material está expuesto a factores externos como humedad, luz solar y cambios de temperatura. Cuando es tratada con aditivos antioxidantes y estabilizantes UV, su resistencia a la exposición prolongada al sol y a climas húmedos aumenta considerablemente, razón por la que se usa mucho en la agricultura y la construcción.
Además, en una estructura tejida y la composición polimérica le confieren una alta resistencia al desgaste mecánico, incluso en aplicaciones donde hay fricción constante, como en sacos reutilizables. En esta característica contribuyen igual varios factores, por ejemplo, los estabilizantes UV y antioxidantes, cuya aplicación aumenta significativamente la vida útil de la rafia.
Asimismo, la combinación de un tejido denso con un recubrimiento adecuado incrementa la resistencia a la abrasión y a los daños mecánicos y, cuando se almacena adecuadamente, es decir, lejos de la exposición directa al sol y la humedad, la durabilidad de la rafia es aún mayor.
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