El polipropileno es ampliamente utilizado en diversas industrias, lo que se debe a su alta resistencia física, química y a factores ambientales, durabilidad y versatilidad. Entre los productos que más se obtienen a partir de él, destaca la tela de rafia blanca. Si piensan implementarla en sus procesos, vale la pena que conozcan algunos datos curiosos en torno a este material, útil para la fabricación de bolsas, costales, lonas, entre otros productos.
¿Qué hay con las telas tejidas de polipropileno?
Estas se usan ampliamente para la fabricación de productos, como envolturas para proteger mercancías empacadas, mallas para sombreado de espacios abiertos, coberturas de suelo, arpilleras, trampolines, entre otros. Aquí destacan la capacidad de reciclarlas para crear una amplia gama de artículos y durante varios ciclos.
Los tejidos de rafia blanca de polipropileno no solo son ampliamente aceptados, sino que poseen numerosos usos. Se pueden hallar en casi cualquier lugar, desde el hogar hasta establecimientos comerciales. Ya sea que los utilicen para sus producciones o que planeen hacerlo, conviene conocer algunos datos curiosos que pueden facilitar a sus clientes para que igual los conozcan más:
No puede teñirse
La propiedad mecánica de los tejidos de polipropileno la hace imposible de teñir, ya que carece de sitios activos para la retención del tinte. Esto ha representado un desafío para los fabricantes, quienes han recurrido a diversas técnicas sofisticadas para agregar color a la tela y hacerla más atractiva o para aplicaciones personalizadas. Finalmente, se determinó que el material puede recibir color durante su fabricación, pero no una vez transformado en tela.
Si bien la rafia blanca es capaz de retener el color, su durabilidad en este aspecto no es tan notable como la de otros materiales, por ejemplo, el yute. Para agregar color a las bolsas tejidas, se utiliza la laminación BOPP, que consiste en una película laminada y con color para otorgarles así una apariencia llamativa.
Variedad de tenacidades
Las fibras de polipropileno se fabrican en varios tipos con diferentes niveles de tenacidad para satisfacer las distintas necesidades del mercado. La fibra de uso general posee una tenacidad que varía entre 4.5 y 6.0 g/den (que expresa la relación entre la masa en gramos y el denier de una fibra, es decir, la unidad de medida que describe la masa por longitud de una fibra y que es igual a un gramo por 9000 metros de fibra). Para redes, cuerdas y otros productos que requieren mayor resistencia, se crea hilo de una tenacidad elevada de hasta 9 g/den.
Las características del polipropileno permiten producir hilos de alta tenacidad, que servirán para confeccionar bolsas tejidas de excelente resistencia. La tenacidad de los hilos se ajusta según los requisitos de resistencia de la tela, que luego se utiliza para fabricar diversos tipos de bolsas u otros productos.
Por ejemplo, aquellos tejidos de alta tenacidad se usan para elaborar costales de rafia o FIBC, que son contenedores a granel para el almacenamiento y transporte de mercancías de varias toneladas. Gracias a su resistencia, estas bolsas son comunes en la industria de exportación, debido a que disminuyen los costos de transporte y almacenamiento por la forma en que se distribuyen los productos a granel en su interior.
Resistencia excepcional
Las bolsas que se fabrican con este material muestran una buena resistencia al desgaste, así como a derrames y fugas, permitiendo el manejo de contenidos muy finos, como granos o polvos. Además, al someterse a laminación, se potencia aún más su resistencia. Sus propiedades mecánicas y térmicas lo dotan de características y funcionalidades muy variadas. A ello se debe que los fabricantes usen este material para crear bolsas tejidas, costales de rafia y otros productos de embalaje que satisfagan las demandas exigentes del mercado.
Fabricación con base en trama y envoltura
La tela de polipropileno se elabora a través del proceso de envoltura y trama, que implica perforar el tejido para asegurar su transpirabilidad. Esto la hace ideal para el almacenamiento de materiales que necesitan ventilación, como cultivos y semillas, entre otras aplicaciones dentro del sector agrícola. No obstante, los fabricantes han buscado ampliar su utilización, por lo que han personalizado el tejido para hacerlo no transpirable mediante la laminación. Esto permite que todos dispongan de una tela resistente y adecuada a sus necesidades.
Desde su concepción inicial, la tela de rafia laminada que conviene en muchos sectores ha demostrado ser más versátil que la tela tejida convencional. Por esta razón, la demanda actual de esta supera a la de las bolsas fabricadas con tela de polipropileno simple y por las diversas funcionalidades que brinda. Cabe agregar que la laminación confiere a las telas tejidas una resistencia superior al calor, humedad, polvo y suciedad.
Baja conductividad térmica
Las fibras de polipropileno destacan por esta característica, que es muy buena en comparación con otras fibras naturales y sintéticas. Esto les permite retener el calor durante períodos prolongados sin deformarse, manteniendo todas sus propiedades mecánicas inclusive a temperaturas elevadas. Esto las convierte en una opción ideal para el almacenamiento y transporte de diversos materiales en condiciones adversas, al fungir como un eficaz aislante térmico que impide que el calor pase a través de él.
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