Los productos que deben transportarse de forma ordenada requieren embalajes específicos. Actualmente hay una gran variedad en elementos para envasado, como las bolsas, que a la vez se subdividen en distintos tipos. Uno de los más conocidos es la arpilla, ya que puede observarse diariamente en tianguis o mercados del país. Se fabrica con rafia blanca o de otros colores, debido a su excelente resistencia.
La rafia es obtenida a partir del polietileno de alta densidad (HDPE, por sus siglas en inglés) o del polipropileno. En el caso de las arpillas, se prefiere el polipropileno. Pese a que son vistosas e irreconocibles, hay algunas dudas sobre ellas, que es importante aclarar si piensan adquirirlas.
¿Qué las vuelve diferentes de otros tipos de sacos?
A diferencia de los costales de rafia convencionales, que tienen un tejido con espacios muy pequeños entre trama y urdimbre para garantizar la transpirabilidad, las arpillas se asemejan a una red, por lo que están más expuestas a la humedad y los productos contenidos son visibles. Lo último no es una desventaja, ya que ayuda a reconocer los productos inmediatamente.
Pese a la presencia de tecnologías de embalaje más sofisticadas para almacenar frutas y verduras, las arpilleras son aún usadas ampliamente, además son las favoritas de los comerciantes y negocios minoristas, debido a su bajo precio y porque se sienten familiarizados con ellas. Suelen preferirse que los sacos de papel y polietileno, ya que son más durables.
Un dato curioso es que eran utilizadas como unidades de medida, ya que no todos los negocios disponían de una báscula. Esto representaba un problema, debido a las imprecisiones y la pérdida de dinero implicadas. Al igual que otros sacos tejidos, están conformados por filamentos planos y resistentes de materiales diversos, como yute y polipropileno. El último es el más utilizado en nuestro país, debido a su aislamiento térmico y facilidad de reciclaje.
Los sacos de rafia blanca son muy estimados, debido a que pueden personalizarse e imprimirse imágenes y texto en sus superficies. En el caso de las arpillas, esto no es posible debido a su diseño de red; sin embargo, pueden fabricarse con una amplia variedad de colores, como rojo, blanco, rosa, negro, verde, amarillo, entre otros, lo que facilita la clasificación de los productos según su color y mejora la gestión de las mercancías.
Si bien no cuentan con asas, integran una cuerda en su boca para garantizar su cierre, que puede usarse para cargarlas. Contienen pesos ligeros, por lo que pueden cargarse con las manos, diablitos y cualquier medio de transporte.
¿Cómo se consiguen sus ventajosas propiedades?
Las ventajas que ofrecen las arpillas de rafia blanca se debe a dos factores: el polipropileno y el método de tejido. El primero es un plástico ampliamente usado y obtenido mediante la polimerización del propileno. Para producir rafia, tiene que someterse al método de moldeo por extrusión. Posteriormente, los filamentos se introducen en maquinarias para que los tejidos tengan entramados precisos y de alta calidad.
¿Por qué vale la pena adquirirlas en vez de otras piezas de embalaje?
Son varias las razones, por ejemplo, mantienen los productos perecederos y son útiles para embalar productos sólidos y grandes, aunque también funcionan con objetos de dimensiones medianas, como grava, residuos, entre otros. El polipropileno utilizado tiene un alto punto de fusión, por lo que resisten las altas temperaturas. La humedad no les causa ningún daño, además, tienen baja absorción de humedad.
El hecho de fabricarse con un polímero permite que se limpien fácilmente, además evitan problemas derivados de factores como el ambiente, transporte, plagas, entre otros. Son la mejor opción para ahorrar dinero, ya que pueden comprar varias unidades al mismo precio que un empaque de papel. No suelen fabricarse en grandes dimensiones, pero sí en distintos tamaños para diferentes fines.
Evitan la pérdida de productos, además son 100% reciclables, ya que el polipropileno es uno de los materiales más ecológicos. Además, la rafia usada es una elementos sostenibles e ideales en la agricultura. A diferencia del papel o las bolsas de plástico no tejidas, las arpillas pueden repararse fácilmente si llegan a rasgarse. Su baja densidad las vuelve ligeras e incluso pueden cortarse para fabricar redes y usarse para aplicaciones distintas del embalaje.
¿Dónde se recomienda usarlas?
Pueden usarse en cualquier aplicación, siempre que los productos no sean polvo o granos finos. Se recomiendan para almacenar, enviar y comerciar productos alimenticios, ya que no los contaminan. Evita que se aplasten o magullen y permite manejarlos adecuadamente, además tienen excelente capacidad. Entre los alimentos almacenados comúnmente, destacan naranjas, manzanas, papas, pepinos, limones, chiles, cebollas, entre otros. También pueden transportar productos electrónicos, juguetes, piezas de plástico o metal, basura, ropa, entre otros.
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