Durante los procesos agrícolas, es inevitable que se generen desechos, que deben tratarse y rehusarse adecuadamente. Para ello, es necesario utilizar maquinarias y medios adecuados. Uno de los productos que más se usan para recopilar los desechos del sector primario son los costales de rafia, debido a sus excelentes características.
Procedencia, tipos y tratamiento de los residuos agrícolas
Los residuos agrícolas son efectos de actividades relacionadas directamente con la obtención de recursos naturales y su procesamiento. En casi todos los casos, se obtienen como restos de los cultivos o limpiezas de los campos para que no ocurran incendios ni plagas. Estos pueden estar en estado líquido o sólido (como la leña). Su producción está determinada por la estacionalidad, debido a que proceden de cultivos.
Después de su producción y recogida, tienen que retirarse del campo para que no interrumpan en las actividades agrícolas. Para ellos se utilizan distintos equipos y productos, como los costales de rafia, que es un material muy resistente y versátil. Son varios los residuos que deben recogerse y derivan de procesos como la fabricación de aceites, licores y frutos. Su manejo en paquetes amplios y resistentes permite llevarlo a plantas de tratamiento para muchos procesos, por ejemplo, producir biocombustibles.
La mayoría de los restos agrícolas consisten en fibras textiles y restos frutales y de cereales. Son también considerados como tal aquellos plásticos utilizados en la agricultura intensiva, por ejemplo, la rafia, que es usada ampliamente en la industria agrícola. Otros tipos que necesitan empaquetarse para su tratamiento son:
- Mallas procedentes de mangueras, invernaderos, entre otros.
- Residuos de cultivos y podas.
- Costales de rafia o envases de papel y cartón dañados y usados para embalar fertilizantes y abonos.
- Estructuras metálicas de instalaciones de cultivo.
- Pallets de madera o plástico.
- Materiales de desbroce y destrío.
- Aguas de lavado de maquinarias y tanques.
- Envases fitosanitarios.
- Fleje de plástico para amarrar follajes y facilitar su ensilado.
- Cordeles.
Afortunadamente, la mayoría puede reciclarse o reutilizarse e, incluso, tratarse directamente como subproductos agrícolas. El resto, como los plásticos de invernadero, sacos de fertilizantes y restos fitosanitarios tienen que tratarse adecuadamente para su procesamiento. Ahora bien, ¿por qué es importante tratar estos residuos? Si se gestionan inadecuadamente, pueden ocurrir problemas medioambientales, que causan deterioros acumulativos y progresivos. Estos pueden volverse un verdadero problema de higiene pública.
Algunos recurren a la quema indiscriminada, no obstante, esto implica emisiones de contaminantes a la atmósfera. Si se abandonan, serán foco de atracción para insectos y roedores y se convertirán rápidamente en un nido de plagas. Si los residuos metálicos se abandonan, se descompondrán y ocurrirán contaminaciones en tierra, agua y atmósfera. Cabe mencionar que el vertido de desechos fitosanitarios también puede contaminar aguas acuíferas, superficiales y suelos.
Los sacos de rafia son la mejor opción para el tratamiento de residuos
Existen varias formas de recoger los residuos para su tratamiento, entre los que destaca el ensacado. Las barcinas se fabrican con distintos materiales naturales y sintéticos. De todos ellos, los ejemplares de rafia de polipropileno son los más utilizados. La razón son las propiedades sobresalientes del plástico, por ejemplo, su alta tenacidad y resistencia. También es un plástico que no es tóxico y completamente higiénico, se usa para muchas aplicaciones y tiene una vida útil muy amplia.
Presenta también alta resistencia química y es amigable con el medio ambiente. Su peso es muy bajo y es impermeable a los líquidos, además, permite que sobre ella se imprimen caracteres e imágenes. Ahora bien, los costales de rafia obtienen otras propiedades debido al método de tejido usado para su confección. Se presenta en distintas versiones, que son útiles para recoger y tratar los residuos, como arpillas, costales estándar y súper sacos. Sus ventajas pueden percibirse si se comparan con sacos de otros materiales, como:
Polipropileno frente al papel
El polipropileno presenta mayor tenacidad y resistencia. Para que el papel obtenga las mismas características, se requiere cuatro veces más peso. La rafia de polipropileno no absorbe líquidos ni los transfiere a los residuos contenidos, además son más maniobrables y económicos.
Polipropileno frente al polietileno
Los sacos de rafia tienen mayor resistencia, además, debido a su alto coeficiente de fricción ofrecen un apilamiento más estable que el polietileno. Presentan también un punto más alto de ablandamiento y son excelente opción para el transporte de carga pesada y geometrías diversas, a diferencia del polietileno, que se rasgan fácilmente ante tales contenidos.
Polipropileno frente al yute
Los sacos de rafia son más livianos que la fibra natural, además son más limpios y fáciles de manejar. No sufren de encogimiento y tienen una mayor resistencia a la abrasión que el yute. También pueden fabricarse con múltiples colores y resistir a rasgaduras. Son reciclables, lo que no es posible con las fibras naturales, que tienden a descomponerse.
Si desean sacos de rafia de polipropileno de calidad, contacten a los expertos de Comercializadora de Polímeros Reciclados. Pidan una cotización a los números (55) 5974 2405 o envíen un correo a la dirección: contacto@comercializadoradepolimerosreciclados.com.